miércoles, 20 de marzo de 2013

¿De dónde vienen las historias? Eso es lo que siempre me he preguntado y me sigo preguntando, sobre todo cada vez que me pongo delante del parpadeante cursor de mi portátil con una historia apuntando en la yema de mis dedos.

Es un misterio que me encargo de explorar en los relatos, cuentos y demás fantasías que se encuentran en los recovecos de este blog.
Creo firmemente que las historias tienen vida propia; nacen no se sabe de dónde, crecen, se hacen mayores, se relacionan con otras historias, copulan con ellas, se amamantan las unas de las otras, se visten y se trasvisten con otros ropajes hasta hacerse irreconocibles...

Nadie puede evitar las historias, lo mismo que nadie puede evitar soñar cada noche, a veces somos conscientes de ello a veces no. Aquello que llamamos "realidad" está íntimamente ligado a nuestras experiencias nocturnas, no habría vigilia sin sueño. Algunos, como André Breton, llegaron a decir:
"El hombre, al despertar, tiene la falsa idea de emprender algo que merece la pena." 

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